CINEMÁTICA
Una luna brillante alumbraba las frías aguas del Mar entre la isla Picacho de Hilos y los Esteros de los Hombres Muertos, más al norte de la Costa de la Espada. Solo un loco se embarcaría con un frío semejante. Pero al parecer, un barco había hecho caso omiso de ese detalle. El “Duende de Mar”, como se le conocía a esa embarcación, surcaba las frías aguas a una buena velocidad. Por lo que se sabia de aquella embarcación, además de funcionar como transporte, también era la pesadilla de muchos piratas de las Lunshaes.
Pocos hombres se encontraban a cubiertas. En realidad con aquel frío la gran mayoría prefería estar en sus habitaciones con una buena sopa caliente. Un hombre se encontraba en la proa mirando al horizonte. El sujeto vestía con una capa de color verde oscuro, en la parte del pecho y el cuello un pelaje blanco le ofrecía protección contra el frío. Tenía la capucha echada sobre la cabeza, por lo que no se lograba distinguir ninguno de sus rasgos. A sus pies yacía echado un hermoso animal de pelaje negro, parecía sacado de los cuentos más increíbles. Era una pantera, y para aquellos con los ojos familiarizados con la magia, era evidente que pertenecía a otro plano.
Desde la superestructura del barco, sale una figura cercana a los dos metros de altura, la cual comienza a acercarse lentamente a la proa. Ninguno de los dos se inmuto cuando el bárbaro Wulfgart llego a su lado. Un sujeto de cabellos rubios y ojos azules, con los músculos bien marcados, y vestido con pieles de animal de las zonas polares. Por su apariencia era evidente que pertenecía al Valle del Viento Helado.
-¿Cuanto tardaremos en llegar?- Pregunta el sujeto junto a la pantera, con una voz calmada y serena, como si aquel frío no le afectase en lo más mínimo. Al escuchar la voz de su compañero de batallas, la pantera levanta la cabeza, observa en primer lugar al sujeto encapuchado y luego a Wulfgart, después vuelve a dormirse.
-El capitán ha dicho que en tres o cuatro noches más, dependiendo de si el viento nos favorece o no- Responde Wulfgart mientras mira seriamente en la misma dirección que el otro sujeto. –Es un buen tiempo, considerando que otros barcos hubiesen tardado más.
-Ojala ese tiempo pudiese ser aun mejor mi amigo- Le responde el sujeto. Luego ambos se quedan mirando al horizonte, atrapados en sus pensamientos. La noche era fría, pero aquello que les preocupaba lo era aun más.
Pocos hombres se encontraban a cubiertas. En realidad con aquel frío la gran mayoría prefería estar en sus habitaciones con una buena sopa caliente. Un hombre se encontraba en la proa mirando al horizonte. El sujeto vestía con una capa de color verde oscuro, en la parte del pecho y el cuello un pelaje blanco le ofrecía protección contra el frío. Tenía la capucha echada sobre la cabeza, por lo que no se lograba distinguir ninguno de sus rasgos. A sus pies yacía echado un hermoso animal de pelaje negro, parecía sacado de los cuentos más increíbles. Era una pantera, y para aquellos con los ojos familiarizados con la magia, era evidente que pertenecía a otro plano.
Desde la superestructura del barco, sale una figura cercana a los dos metros de altura, la cual comienza a acercarse lentamente a la proa. Ninguno de los dos se inmuto cuando el bárbaro Wulfgart llego a su lado. Un sujeto de cabellos rubios y ojos azules, con los músculos bien marcados, y vestido con pieles de animal de las zonas polares. Por su apariencia era evidente que pertenecía al Valle del Viento Helado.
-¿Cuanto tardaremos en llegar?- Pregunta el sujeto junto a la pantera, con una voz calmada y serena, como si aquel frío no le afectase en lo más mínimo. Al escuchar la voz de su compañero de batallas, la pantera levanta la cabeza, observa en primer lugar al sujeto encapuchado y luego a Wulfgart, después vuelve a dormirse.
-El capitán ha dicho que en tres o cuatro noches más, dependiendo de si el viento nos favorece o no- Responde Wulfgart mientras mira seriamente en la misma dirección que el otro sujeto. –Es un buen tiempo, considerando que otros barcos hubiesen tardado más.
-Ojala ese tiempo pudiese ser aun mejor mi amigo- Le responde el sujeto. Luego ambos se quedan mirando al horizonte, atrapados en sus pensamientos. La noche era fría, pero aquello que les preocupaba lo era aun más.
FIN DE LA CINEMATICA
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ACTO 0.5.1 -UN VIAJE BAJO LA OSCURIDAD
ACTO 0.5.1 -UN VIAJE BAJO LA OSCURIDAD
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